lunes, 25 de noviembre de 2013



10 motivos para andar en bicicleta

Desplazarte en bicicleta puede tener grandes beneficios para tu cuerpo, pero también para el medio ambiente. Estas son algunas de las razones para elegirla:


1. Evitará que caigas en estados depresivos. Se ha comprobado que las personas que andan en bicicleta sufren menos enfermedades psicológicas y depresiones. Además, el ejercicio hace que el cerebro se oxigene mejor, lo cual permite pensar con mayor claridad.

2. Reduce el riesgo de infarto en un 50%. Es un excelente ejercicio cardiovascular. Al pedalear, el ritmo cardíaco máximo aumenta y la presión arterial disminuye, es decir que el corazón trabaja de manera económica.

3. Adiós a los dolores de espalda. Cuando adoptás una buena postura, con el torso inclinado hacia delante, los músculos de la espalda se tensan y se ven obligados a estabilizar el tronco. Esto fortalece la zona lumbar y previene la aparición de hernias de disco, ya que mantiene la columna protegida de vibraciones e impactos. Recordá que la inactividad provoca severos dolores de espalda.

4. Reduce el colesterol “malo” (LDL). Además, hace que aumente tu colesterol “bueno” (HDL).  Los vasos sanguíneos se encontrarán mucho más flexibles y saludables, y se reducirán las posibilidades de que éstos se calcifiquen.

5. Te hace más feliz. Andando en bicicleta generás endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”. Lo notarás más cuando permanezcas sobre dos ruedas durante una hora, pero no te pases, si no obtendrás los resultados contrarios.

6. Ahuyenta infecciones, hasta el cáncer. Esto sucede porque andar en bicicleta impulsa la potencia de tu sistema inmunológico, pero sólo con esfuerzos moderados, porque los de intensidad máxima lo debilitan. Cabe destacar que este ejercicio es recomendado para personas con cáncer o sida, ya el pedaleo hace que los fagocitos, células “come bacterias”, se movilicen de inmediato, aniquilando las que no ayudan a tu cuerpo.

7. Protege tus rodillas. Contrario a lo que se puede pensar, andar en bicicleta hace que tus rodillas funcionen de manera protegida. A diferencia de las actividades que involucran impactos, como correr o saltar, en este ejercicio del 70 al 80 por ciento del peso de tu cuerpo cae sobre el asiento. Así, ni las articulaciones ni los cartílagos deben soportar cargas pesadas.

8. Ejercita todo tu cuerpo. Aunque las piernas son las más activas, andar en bicicleta también hace trabajar la parte superior del cuerpo para mantener el balance y el equilibrio. Para mejorar tu figura, podés ayudarte haciendo unos abdominales después de pedalear.

9. Te mantiene saludable. Andar en bicicleta te ahorrará muchas visitas al médico, sin importar cuál sea tu edad. Se ha comprobado que las personas que practican este ejercicio gozan de mejor salud.

10. Beneficios minuto a minuto. ¿Todavía no te convenciste? Podrás apreciar los beneficios de pedalear en los primeros 20 minutos. Lo recomendable es hacerlo de 45 a 60 minutos, tan frecuentemente como sea posible. Esto es lo que pasa minuto a minuto:
10 minutos: mejora la articulación.
20 minutos: se refuerza el sistema inmunitario.
30 minutos: mejoras en el nivel cardiovascular.
40 minutos: aumenta la capacidad respiratoria.
50 minutos: aceleración del metabolismo.
60 minutos: control de peso, anti estrés y bienestar general

Imagenes que inspiran




Salto de ángel, Venezuela.


Ontario, canadá

Ibiza, España

Maldivas


sábado, 23 de noviembre de 2013

Crea tu propio cargador solar




Además de ser ecológico, este cargador solar USB es muy práctico para quienes suelen quedarse sin batería en sus dispositivos, como celulares, GPSs o e-readers.  Funciona con un panel solar que carga las pilas del circuito. Sin embargo, el panel utilizado tiene la potencia suficiente como para poder cargar un dispositivo directamente con energía solar. Además, es de bajo costo.
Es pequeño, de modo tal que se lo puede transportar fácilmente. 

Materiales
  • Soldador
  • Taladro
  • Pistola de pegamento caliente
  • Pelacables
Partes:
  • Convertidor DC-DC (de corriente directa a corriente directa más intensa) con USB
  • 2 portapilas AA
  • 2 pilas AA recargables
  • 1 diodo 1N914
  • Conector hembra de 2.5 milímetros
  • Conector macho de 2.5 milímetros con cable
  • Panel solar de 5V o más con una intensidad eléctrica mayor a 200 miliamperios
  • Una latita metálica con tapa u otro recipiente que te guste
Paso 1: Pela el cable



Si observas el cable del conector macho de 2.5 milímetros, vas a ver que hay dos cables pegados. Uno es todo negro y el otro tiene una tirita blanca. El que es todo negro, es el negativo. El otro, es el positivo.
Para separar los cables puedes usar una tijera o un alicate. Separalos sólo un poco, de lo contrario vas a tener dificultades más adelante. Después, usa un pelacables para pelar un pedacito de los extremos de cada uno.

Paso 2: Soldá los cables y pegalos


Paso 2
Solda los cables en sus respectivos lugares sobre el panel solar. El negro en el negativo y el que tiene blanco, en el positivo. Nuevamente, recordá no separar los cables más de lo necesario.
Una vez que se enfríe la soldadura, cubrela con una capa gruesa de pegamento usando la pistola de pegamento caliente. Esto sirve para asegurar los cables en su lugar. También puedes usar cinta aisladora, aunque el pegamento es mejor.


 Paso 3: Perfora la lata
Sin importar cuál sea el recipiente que uses, vas a necesitar hacer algunos agujeros. Para perforar una lata, puedes usar un taladro con una mecha común para agujerear madera de un tamaño similar al del conector hembra de 2.5 milímetros. También puedes empezar con una mecha más chica e ir agrandando el agujero. Para ayudarte a sostener el recipiente, puedes usar una prensa.
Es importante que tengas mucho cuidado al hacer los agujeros. Si presionas demasiado, la lata se dobla y pierde su forma. Lo mejor es hacerlo de a poco y suavemente.
Una vez que hayas hecho el agujero, prueba si entra el conector hembra. Si no cabe, puedes agrandar el hueco usando una mecha más grande o una lima.

Paso 4: Corta una abertura para el puerto USB


 


 Hay dos maneras de hacer esto. La más sencilla es tomar las medidas del puerto USB, usar una tijera de hojalata para cortar la lata y doblar el pedacito recortado hacia adentro.
La otra manera es un poco más compleja, pero le da un mejor acabado al proyecto y te permite obtener una abertura que tenga exactamente el mismo tamaño que el puerto USB. Colocá el puerto sobre la lata y marcar su contorno sobre ella. Después, usando un taladro, haz unos agujeros dentro del contorno que marcaste. Por último, usa una lima para darle forma al hueco. Si eleges esta opción, es conveniente que vayas revisando el tamaño con el puerto para que el agujero no sea demasiado grande.


Paso 5: Corta los cables del portapilas




 Corta los cables a una distancia de aproximadamente uno o dos tercios del portapilas. Luego, pela los extremos de todos los cables, incluso de los que cortaste.




Paso 6: Conecta el conector hembra







El conector hembra de 2.5 milímetros tiene tres lengüetas. Ubicalo en la mesa de trabajo de manera tal que las tres queden de frente a vos. El espacio vacío entre ellas debe quedar sobre la mesa. La izquierda es negativa, la superior es positiva y la de la derecha no se utiliza
Toma el trozo de cable negro que cortaste antes y conectalo a la lengüeta izquierda. En la del medio, conecta el diodo 1N914. El diodo tiene una banda negra en uno de sus lados que debe quedar apartada del conector, no se la debe conectar a el. El lado que tiene la banda negra debe conectarse al resto de cable rojo que cortaste antes. Sola en cada punto.


Paso 7: Conecta el conector hembra al portapilas



Une los cables positivos (rojos) del portapilas con los del conector enroscandolos juntos. Haz lo mismo con los negativos (negros).




Paso 8: Solda el circuito USB













Busca los puntos de la placa marcados como negativo (-) y positivo (+).  Lo único que hay que hacer es soldar los cables en esos lugares. Para facilitar el trabajo, es conveniente doblar los extremos de los cables que enroscaste.
Si tu circuito USB se parece al de la imagen, deberías remover ambos LEDs ya que no tienen utilidad. También verás que hay un interruptor sobre uno de los lados que tiene tres posiciones. Muevelo hacia atrás, a la posición más alejada del puerto USB. Esto configura el circuito en el modo de carga.

Paso 9: Pon un poco de cinta


Si estás usando un recipiente de metal, sigue este paso. Si es de plástico, no es necesario que lo hagas.

Coloca un poco de cinta aisladora en la parte de adentro de la lata en el lugar donde irá el circuito USB. Esto aísla la caja para evitar cortocircuitos. También deberías poner un poco debajo del conector de 2.5 milímetros. También puedes usar otros materiales para hacer esto, como un sellador, pero la cinta es la manera más fácil.
Este punto es particularmente importante. Si la lata no está bien aislada, es posible que se genere un cortocircuito y que cuando lo enciendas salga humo o sientas olor a quemado. Si pasa esto, saca las pilas lo más rápido posible.

Paso 10: ¡Pruebalo!


Coloca unas pilas comunes o recargables y prueba si funciona la conexión. Si el circuito no funciona, entonces hay algo que está mal. Revisa lo siguiente:
  • - ¿Las pilas tienen carga?
  • - ¿El circuito está armado correctamente? ¿El interruptor está en el lugar adecuado?
  • - ¿Está todo bien soldado?
  • - ¿Conectaste bien los polos negativos y positivos?
Paso 11: Pegalo


Primero, asegurate de que todo encaje en el recipiente. Enrosca el conector de 2.5 milímetros, coloca el portapilas y el circuito USB en su lugar. Si todo entra bien, pegalo con la pistola de pegamento caliente. También puedes usar cintadoble cara.
Si usas pegamento, pon un poquito abajo del circuito USB. Presionalo y espera hasta que se enfríe. Después, pon un poco más por encima y sobre las soldaduras. Esto ayudará a protegerlo y evitar cortocircuitos. Una vez que termines de hacer esto, pon las pilas.


Recomendaciones
Si quieres usar un panel solar de mayor capacidad, ten en cuenta que los paneles solares se clasifican según su máxima potencia de salida, no por la capacidad media que alcanzan, lo cual implica que probablemente nunca alcances la potencia indicada. Cuanto mayor sea el voltaje, menor luz solar necesitarás para cargar las baterías. Sin embargo, no es bueno que uses una corriente mayor a los 400 miliamperios, ya que esto puede dañar las pilas.

"La casita encantada"

Mará Ponce construyó una casa con botellas  plásticas a los 78 años. Se convirtió en un hogar encantado por su dueña, ingeniosamente construido. Es un nuevo foco de admiración en una de las regiones más pobres de  El salvador.



Doña María, a diario y desde muy temprano, abre las pequeñas puertas de tablas de madera pintadas de color azul de su pequeña casa que construyó sobre la transitada carretera El Litoral en el cantón El Borbollón, en el departamento de San Miguel (125 km al este de San Salvador), desde donde es visible a todos los automovilistas.

“Bienvenidos a mi casita que es la casita encantada”, dice con una sonrisa que la lleva siempre a flor de labios, como señal inequívoca de su orgullo por la humilde pero bien adornada y nada común casa de no más de diez metros cuadrados.
Las paredes de la curiosa “casita encantada”, como reza un letrero que la mujer colgó a la entrada del hogar que construyó hace cuatro años, están hechas totalmente de pequeñas botellas plásticas.
El techo construido con las mismas botellas está revestido de lámina de zinc “para evitar que se cuele el agua lluvia”.

Las botellas para que se mantengan en su lugar fueron ensartadas en delgadas varas de bambú enterradas en el piso.
El piso de la casa, en cuyo interior la anciana únicamente guarda una mesa con dos floreros y una hamaca para dormir, está tapizado con incontables tapas plásticas o de lata de las botellas y cada una de ellas ha sido pacientemente pintada a mano por la mujer que gusta de cocinar quesadillas (un pan dulce hecho con queso) en pequeños hornos de cemento y tierra.

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“Conseguir los materiales para la casita me llevó un mes y medio pues tenía que andar recogiendo las botellas, y ya la construcción de la casa me llevó tres meses, todos los días desde que salía el sol y hasta que era noche trabajaba yo solita, pero me siento orgullosa porque no tenía una casita y hoy hasta me la admiran”, narró doña María a la AFP .




“Mucha gente me visita, la gente se baja de los carros y yo los invitó a que conozcan mi casita encantada y les gusta, y cuando se van me dejan algún dinerito para que le de mantenimiento a la casita que es pequeña, pero es mi refugio de paz”, sostuvo María, que perdió su casa de paredes de barro y tierra en 2001, cuando el país fue sacudido por dos terremotos.

 




 la casita encantada de doña Maria